martes, 18 de agosto de 2009

Un ingrediente especial....




Empieza una nueva temporada en el CNAR.



Claro que tendremos la oportunidada de trabajar con atletas continuantes, los que decidieron quedarse o que por méritos todavía permanecen con nosotros. Y además se incluirán los de nuevo ingreso, que no por eso vienen en desventaja con los anteriores, hablando solamente en cuestión competitiva.

Pero la gran interrogante a la que siempre nos hemos enfrentado aqui es la adecuada adaptación de "nuestros" niños y jóvenes a los requerimientos del CNAR. Un espacio en donde conviven las 24 horas los miembros del mismo equipo, de la misma especialidad y, que, en muchas ocasiones, llegan a ser contrarios dentro de la competencia.

Muchas veces me han dicho que es sencillo esto. Es que es un gran "campamento" deportivo y que es el sueño de cada atleta que busca ser de élite. Pero la realidad es que es muy complicado, dentro de nuestra cultura, lograr una buena adaptación a tantos cambios siendo tan jóvenes.

Por ejemplo, necesitan ser independientes para lavar su ropa, para arreglar su cuarto, para levantarse cada mañana e ir a su primera sesión de entrenamiento del día. Después correr a cambiarse y desayunar para no llegar tarde a sus clases. Obvio deben de llevar su uniforme completo, la tarea hecha y ánimo para estudiar.

Deben lograr encontrar un espacio para descansar entre la comida, la salida de la escuela y el próximo entrenamiento. Sin olvidarnos si pueden adelantar la tarea o el estudio.

Llegar temprano a entrenar su segunda sesión, sin olvidar sus accesorios deportivos, salir, cenar, estudiar y dormir temprano.

Claro asi suena todo muy fácil. Pero hay un "ingrediente" muy especial en todo esto que lo hace único. Tenemos niños y jóvenes perfeccionistas en todos los aspectos.

Asi que nada queda a medias, nada queda en el ahi se va, etc. Y esto hace que el estrés se incremente.

Y bueno, imagínense en época de competencias y con exámenes.

Claro no me quejo, al contrario es un gran reto, pues a la par, según mi punto de vista, hay que apoyar a la adecuada adaptación del atleta al centro. Pero así mismo seguir apuntalando los valores y moral que desde la casa los padres han inculcado en pos de un desarrollo integral de cada atleta. Y la recompensa...verlos madurar y crecer tan cerca de nosotros.






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