lunes, 25 de julio de 2005

Autoconcepto y Autoestima en nuestros jóvenes tenistas...

Muchas veces hemos escuchado mencionar estos conceptos a los maestros en las escuelas, a los psicólogos, a entrenadores, los leemos en revistas o los escuchamos mencionar en programas dirigidos a los padres de familia. Estas definiciones, básicamente, se refieren a la imagen que tiene de sí mismo el adolescente y que tanto valora su persona; respectivamente.
Claro que están presentes en toda nuestra existencia, no solamente en la adolescencia, pero me interesa tocar solo ésta parte del desarrollo de nuestros hijos tenistas ya que son de suma importancia para una adecuada adaptación a su medio ambiente.
Estos conceptos son tan importantes en nuestros tenistas, niños y adolescentes, que incluso, pueden llegar a abandonar pronto el deporte de competición para “preservar” su autoconcepto y su autoestima.
Porque sucedería esto? Pues porque debemos tener en cuenta la posible tendencia de los jóvenes deportistas a identificar su valor como personas y el concepto que tengan de sí mismos con el éxito y el fracaso deportivos, sobre todo cuando perciben que los demás esperan mucho de ellos. Esta tendencia aumenta el riesgo de abandono de la actividad física o de lesiones deportivas.
Que podemos hacer al respecto? Que está en nuestras manos para propiciar un adecuado desarrollo integral de nuestros tenistas y, al mismo tiempo, promover su competitividad y una larga vida deportiva?
Pues bien busquemos orientar la motivación de nuestro tenista hacia metas u objetivos de realización o ejecución (también se conocen como metas de tareas). Esto es, orientarlo a que en cada entrenamiento y en cada torneo los retos sean respecto a él mismo. Que busque metas que él pueda controlar como la búsqueda de consistencia, la estrategia a utilizar, el autocontrol mental utilizando adecuadamente sus técnicas de relajación y/o concentración según sea el caso y las necesidades, sus golpes básicos, metas como llevar bien la cuenta, calentar y estirar adecuadamente, jugar todo el partido con una adecuada actitud, etc.
Haciendo esto nuestro pequeño tendrá más posibilidades de salir satisfecho del encuentro gracias a que se concentró en situaciones que podía controlar. Podrá él mismo comprobar que hubo avances durante el partido en cuanto al aspecto físico, mental, táctico, estratégico, etc.; y sabrá que ha valido la pena el esfuerzo invertido sin importar el resultado final o el score tanto como para dañar su imagen o para que se considere “menos valioso” que antes de comenzar. Así mismo propiciaremos la disminución de la presión sobre ellos en la competencia y podremos evitar que los fracasos o errores sean interpretados como un síntoma de inferioridad respecto a sus iguales.

Publicado en: www.fmt.com.mx

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